Santalum, de Oliver&Co huele a Estambul, durante ese momento de la tarde en el que todavía hay sol, pero brilla sin fuerza, sin molestar en los ojos y sin quemar la piel. Santalum recuerda a un paseo por la ciudad, donde se mezcla el olor del interior de las mezquitas, con el de las rosas y la fruta fresca de los mercados. Santalum tiene un toque de esa decadencia elegante de Estambul. Su olor me lleva a callejuelas empinadas, a un hammam de paredes desconchadas y maderas repintadas, mientras suena una radio con músicas turcas. Santalum huele a historia, a una caja de madera que contiene recuerdos, cartas, cromos, viejas fotos y canicas. Huele a pasado, a añoranza y melancolía. Huele a vida.
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